NOMBRE: Natalia Armijos
PAÍS: Ecuador
OFICIO: Gerente de proyectos culturales
PRIMERA VEZ EN ESPAÑA: 2004
CANCIONES PLAYLIST CONQUISTADORAS:
Nuestro Juramento, de Julio Jaramillo.
You Do Something To Me, Paul Weller
OBJETO:
Un colibrí, una estampita de la Virgen de El Cisne, el colgante de corazón de Choa, Tabla de Sarhua
“El colibrí es un regalo de las y los compañeros de la Oficina Nacional de la OEI en Ecuador, me lo entregaron en el acto de despedida que me hicieron en el Museo Nacional. Tuve la oportunidad de poner en marcha la oficina en Quito, siendo su primera directora desde el 2009 al 2018
La estampita de la Virgen de El Cisne es un regalo de un querido amigo (Pepe Ojeda) de la ciudad de Loja. A la Virgen de El Cisne también la conocemos como "la churona", porque tiene rizos. En Ecuador, pero principalmente en Loja y norte del Perú, existe mucha devoción a esta virgen. Por iniciativa de Simón Bolívar, cada año, el 15 de agosto, se reúnen devotos de todas partes para rendir culto a María "la madre de Dios", que hizo una aparición por primera vez en El Cisne, el año 1594. Los lojanos aunque seamos ateos, tenemos devoción a esta imagen.
Colgante de corazón Choa: este identificador canino fue de mi primera mascota que llegó a mi vida el 25 de marzo de 2011 y se fue el 31 de julio de 2022. Solo quienes tenemos o hemos tenido una mascota, podemos entender el lazo emocional que se crea y lo mal que lo pasamos cuando mueren.
Las Tablas de Sarhua están hechas en madera de molle o eucalipto, en ellas se pintan costumbres y formas de vida del pueblo de Sarhua, ubicado en la provincia Víctor Fajardo, Ayacucho - Perú. Su tradición es regalar una tabla pintada con la historia de la familia por el compadre espiritual, cuando alguien construye una nueva casa o forma una nueva familia. Las tablas son pintadas con pigmentos naturales extraídos de la tierra y vegetales. Fue un regalo de una colega de Perú, una gestora cultural maravillosa, siempre admiré su trabajo por la cultura del hermano país”.
BIOGRAFÍA Y VIAJE
Soy Natalia Armijos Velasco, ecuatoriana, madre de Zaira y compañera de José María. Amante de la naturaleza, de la justicia y la equidad social. Llevo en el corazón a Belén y Choa. Nací en Quito, pero me crié en Loja, ciudad castellana y musical del Ecuador. Soy la primera de dos hijos. Esperaban –mi padre– un niño, pero, ¡oh, sorpresa! llegué yo. Eso influyó para que mi padre me enseñara muchas cosas de “niños”, que debían ser lección para su primogénita. Entre otras: defenderse de los abusadores, lo que me sirvió para defender a mi hermano en la escuela en varias ocasiones. Mi familia y mi niñez fueron maravillosas. A ellos les debo mucho de quién soy. Estudié economía y comunicación social y tengo dos maestrías: Políticas públicas aplicadas y Cooperación internacional para el desarrollo, estudios que cursé en Madrid. Mis padres me inculcaron el trabajo y la responsabilidad, por ello, trabajo desde los dieciséis años, los últimos trece años con la OEI haciendo lo que me gusta: dirigir proyectos. Ahora, junto con magníficas profesionales de la cultura y la cooperación iberoamericana.
La primera vez que llegué a España fue en septiembre de 2004, vine a cursar mis estudios de postgrado en Políticas públicas aplicadas y en Cooperación internacional para el desarrollo. En aquellos primeros años de la década pasada, vinieron muchos hombres y mujeres de Ecuador, en busca de trabajo. Me sentía una migrante más. En un primer momento un tanto alivianada por la beca que tenía en el primer año de estudios, pero luego tuve que buscar trabajo para poder solventar mi segundo año de estudiante en Madrid. Este viaje fue trascendental en mi vida, fue un antes y un después, fue cerrar una etapa importante de mi vida y abrir otra completamente libre de "equipajes", fue lanzarme al presente y apostar por un futuro totalmente incierto. Mi mejor aprendizaje es que nada se construye con miedo y que todo se gana con esfuerzo. La vida me sorprendió y lo sigue haciendo.
