​​​​​​​NOMBRE: Inés Mendoza
PAÍS: Venezuela
OFICIO: Escritora
PRIMERA VEZ EN ESPAÑA: 1999
CANCIONES PLAYLIST CONQUISTADORAS:
El breve espacio en que no estás, Pablo Milanés y Te doy una canciónSilvio Rodríguez. 
Estas dos canciones son parte de mi banda sonora vital. Las escuchaba, por ejemplo, cuando estudiaba arquitectura, durante las muchas madrugadas en que amanecía haciendo maquetas y planos -todavía se dibujaba con mesa de dibujo y paralés- en mi despacho, mientras mis padres y hermana dormían.
OBJETOS:
La agenda. Cuando estudiaba arquitectura, me hacía mis propias agendas con los trozos de cartón o papel que me sobraban de las maquetas y los planos. Ésta fue la agenda que me traje a Madrid. Tiene hojas blancas, cuadriculadas y de papel croquis, y una portada de cartón con un dibujo mío. Mirándola hoy, se me antoja una fusión de mi yo-arquitecta y mi yo-escritora. 
 Los libros. Cuando viajé aquí pensaba quedarme los dos años que duraba el Máster de arquitectura. No sé por qué me traje tantos libros. Entre ellos se cuentan una antología del simbolista venezolano José Antonio Ramos Sucre, la Rayuela de Cortázar, el folleto The Architectural Works of Carlos Raúl Villanueva, el Le Corbusier” venezolano que construyó la universidad donde estudié, y un libro de vanguardia. Naturalmente, también están Marco polo y El principito, las dos lecturas que me hicieron escritora.  
 El violoncello. Compré mi violoncello con el sueldo de mi primer trabajo formal. Ahora también me recuerda a mi madre, que decía que era mi hijo. Para mí, sin embargo, este cello evoca una constelación de experiencias de mi primera juventud. Y hasta una de mis vidas posibles”. 
BIOGRAFÍA Y VIAJE:
“Como escritora y como arquitecta me formé primero en Caracas, mi ciudad natal. Lectora febril, desde que desperté a la conciencia concebí que mi vida y la vida- tenía la estructura de un libro. Más adelante descubriría con asombro que los románticos de Jena habían seguido el mismo patrón. Pero fue con El principito y Los viajes de Marco Polo, hacia los 8 años, cuando me prometí que correría mundo, que viajaría por los seres y las cosas. 
 Luego llegó la arquitectura, esa poesía para habitar. La carrera de Arquitectura y Urbanismo en la Universidad Central de Venezuela. También llegó el conservatorio: el violoncello, que practicaba en paralelo a mis estudios. Al mismo tiempo trabajaba, escribía, publicaba un artículo sobre Novela Negra en un periódico universitario y otro en una revista de arquitectura. Y leía, sobre todo, me llenaba de Cortázar, de Poe, de Proust.
 En esos años inquietos conocí a Carlos Noguera, que dirigió la mítica editorial Monteávila. Aparte de un escritor imprescindible, un revolucionario y un amigo, Carlos fue mi primer mentor literario. Coordinó la sección de narrativa del libro colectivo Voces nuevas, del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, donde incluyó mis cuentos. Por entonces yo entraba a una nueva fase laboral como docente, en la Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas de la Universidad José María Vargas. Allí se reveló mi vocación pedagógica. Actualmente soy profesora en la Escuela de Escritores, y tras una década ejerciendo la enseñanza, me entusiasma tanto como el primer día. 
 Pero antes de eso, en 1999, vine a Madrid para hacer un Máster de Restauración Arquitectónica en la Universidad Politécnica, donde más tarde seguiría estudios de doctorado. Entretanto trabajé en despachos de arquitectura, arranqué una novela, corregí otra escrita en Caracas, viajé, hice amigos. Tardé casi dos años en decidir que me quedaba. 
 Desde entonces he publicado artículos de literatura en medios de prensa, libros colectivos como los del grupo Graphiclassic o Diodati, la cuna del monstruo, de la editorial Adeshoras, y revistas como Salamandra, del Grupo Surrealista de Madrid. Verne, Wells, Lovecraft, Nietzsche, Byron y Leonora Carrington, entre otros, han protagonizado mis ensayos, pero la mayoría de esas reflexiones rodean el romanticismo o aquel otro romanticismo que son las vanguardias. 
 También he participado en eventos. Algunos tan interesantes como el Festival Coruña Mayúscula, del Ayuntamiento de esa ciudad; el Congreso de la AEELH Laberinto de centenarios, una mirada trasatlántica, de la Universidad de Granada; el ciclo Ellas escriben, del Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso de Málaga; la mesa Cuentistas hispanoamericanas de la Universidad Complutense, o Parole dauteurs, un programa de la Universidad de París-Nanterre donde me entrevistaron. Hoy coordino el ciclo Escritoras de las dos orillas en la librería Juan Rulfo del Fondo de Cultura Económica, con el que me propongo difundir el trabajo de autoras de calidad en lengua castellana. 
 Durante años mis relatos fueron antologados y gané varios premios, pero fue en 2010 cuando dí un paso adelante: la Editorial Páginas de Espuma me publicó El Otro Fuego. Se trata de un libro cortazariano, aunque encendido de romanticismo y vanguardia. Más tarde el crítico Fernando Valls seleccionó cuentos de éste volumen para la antología Mar de pirañas, nuevas voces del microrrelato español de la Editorial Menoscuarto. Si la publicación de mi primer libro me dio seguridad como escritora, la inclusión de mi trabajo en esta antología tuvo el sentido de una confirmación. En 2017 Páginas de Espuma publicó Objetos frágiles, un libro importantísimo para mí, pues involucra un proceso de maduración poética, una búsqueda profunda que continúa con mi tercer libro, que ya se escribe. 
 Soy escritora. Soy arquitecta. Como Marco Polo, en esta travesía de Caracas a Madrid he arribado a un sinfín de puertos insólitos y ciudades invisibles. Como el Principito, mi intención es seguir explorando los asteroides del saber, de la poesía: los universos, siempre convulsivos, de la existencia.  
 De niña quería ser Marco Polo, quería ser El principito, y como ellos poblarme la biografía, hacer mundo. Para cuando vine a España había olvidado ese sueño y solo pretendía completar mi formación universitaria. Ahora sé que lo que en realidad buscaba con aquel viaje era cumplir mi promesa de la niñez. Psicoanálisis mediante, he ido integrando el anhelo infantil de aprehender la Europa de mis libros en un deseo más amplio cuyo epicentro es la escritura. 
 ¿Qué marca a un/a migrante? Yo diría que entre otras cosas la vida política, o por lo menos así fue para mí. Mis inquietudes sociales despertaron en Venezuela; desde que, recogiendo firmas con amigos para salvar del derribo a una pared histórica, fundamos una organización que ganó las elecciones del Centro de Estudiantes de la facultad. Pero mi verdadera formación en ese campo se la debo a España. Aquí me he desarrollado como sujeto político. Aquí he militado, me he hecho feminista y anticapitalista, aquí he adquirido una conciencia social decisiva en mis libros. Por supuesto que estaré siempre unida a Venezuela, pero también a España. Soy tan nieta como cualquiera de los rojos” que defendieron ésta tierra. Me siento orgullosa de cada grito que he dado en sus calles, orgullosa de haber intervenido en la vida política del pueblo que me acogió
 Y así como le debo a España parte de mi educación social, también fue aquí donde redescubrí la cosmovisión romántica. En cambio mi pasión vanguardista empezó en Caracas, en la biblioteca de la facultad de arquitectura, donde una tarde me tropecécon las vanguardias rusas: Malevich, Tatlin, Mayakovski, Lissitzky. El Constructivismo, que me deslumbró.  No obstante ha sido en Madrid donde esa pasión se ha consolidado. Aunque si hay algo que me marcó como escritora fue el grupo La llave de los campos, que supuso en mi trayectoria una valiosa experiencia de activismo político-poético. 
 Para terminar, y parafraseando a Beauvoir, en Madrid encontré mi modo de ser mujer. Dos cosas me han marcado en ese plano. La primera fue el encuentro con mi compañero Ángel Zapata, mi amor fou, que también es un cómplice de luchas y poesía. La segunda fue el reconocimiento de mi bisexualidad, que rebasa lo personal, porque la libertad de las costumbres es axial en mis libros. Y el Prometeo de la desobediencia erótica asalta lo mismo el cielo del patriarcado que el los guardianes de la moral. Para mí lo sexual también es político”. 
 

CONÓCELAS A TODAS

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